Esta vez sí he tenido la suerte de conocer a una verdadera profesional, quien ha estado a mi lado para orientarme y corregir desde la “a” a la “z” mi manuscrito. Solo puedo decir que estoy gratamente satisfecho por su buen hacer. Y por si fuera poco, también me ha prestado su ayuda para ponerme en contacto con editoriales, algo a lo que no estaba obligada. Así pues, El Olmo Viejo, en la persona de Dª Raquel, será el lugar al que acudiré para la corrección de mis futuras novelas.